Es impresionante como este tema despierta curiosidad y al mismo tiempo
temor en las personas, y son muchos los que andan pregonando sus propias
teorías y opiniones sobre le final de los tiempo. También entre nosotros
deambulan personajes y sectas anunciando que estamos en los últimos días,
que el fin del mundo en inminente y que sólo se salvarán unos pocos.
Lo que pasa es que el miedo es un arma poderosa que oscurece
el buen sentido y se opone a la fe, pues la fe es confianza en el amor de Dios.
Jesús nos dices que en la historia habrá guerras, hambre, pestes,
destrucción, pero esto no quiere decir que el final sea inminente;
de hecho, cuánto tiempo hace que sucede todo esto. Así, Jesús nos dice
que Dios es el Señor de la historia, que el punto final
de la historia no lo ponen los hombres con sus catástrofes,
sino que el punto final de la historia lo pone Dios y es un final de
salvación, no de destrucción.
